Cuando las 3 letras del ROI (ROI =Retorno sobre la Inversión) queden grabadas en la mente de los empresarios y anunciantes, todas aquellas acciones de marketing y publicidad que no se puedan medir y no consigan un retorno de la inversión, no serán aplicadas y quedarán en el olvido. No tendrán cabida y desaparecerán para siempre, quienes siguen ofreciendo soluciones obsoletas cuando no, aire y humo. Nadie querrá utilizar sus presupuestos en espacios sin ningún control, y desearán saber con detalle su eficacia.Se mirará con lupa cada euro invertido, para que no se convierta en euro tirado.

formula-ROI

En líneas generales el marketing tradicional seguirá coexistiendo con el marketing digital, pero éste al ser medible y analizable, tendrá cada día mayor importancia en todas las estrategias que se establezcan por los anunciantes, con el propósito de conseguir el verdadero objetivo final de toda compañía: Vender y tener beneficios.

El planificar campañas en medios tradicionales, para conseguir objetivos concretos que estos no pueden ofrecernos, dejará de ser lo habitual para convertirse en inusual.

Intentar vender aisladamente soportes, (vallas, mupis, suplementos, exclusivas, etc,) que algunas agencias disponen en exclusiva, con la única justificación de sus descuentos y audiencias inmedibles, no será de recibo.

Se deberá justificar con todo detalle de que manera vamos a invertir los presupuestos asignados por nuestros clientes, y a quiénes vamos a destinar esas acciones casi con nombres y apellidos, y a veces sin casi, así como su rentabilidad.

Como ya podemos analizar quiénes y cómo son los interesados en nuestras marcas, de dónde proceden, como han llegado a conocernos, que dicen de nosotros, como nos definen, qué desean recibir de nosotros, estamos obligados a utilizar estos datos para atraerlos a través

de todos los medios y herramientas digitales de las que disponemos actualmente, y ofrecerles aquello que están buscando para conseguir su confianza y que compren.

Debemos conseguir clientes fieles para convertirlos en evangelizadores de la marca, y que pregonen los beneficios de la misma a los cuatro vientos.

Al revolucionar Internet el mundo tal y como lo conocíamos anteriormente, en todos los aspectos de nuestra vida, debemos aprovechar todo lo bueno que nos ofrece, en beneficio de nuestras estrategias de Marketing.

En Globaliting sabemos que no estamos viviendo una época de cambios, estamos en un cambio de época.

Época donde los consumidores, interconectados permanentemente con un sinfín de dispositivos electrónicos, (pc, smartphones, tablets, portátiles, smartwatches,…) y con un acceso a la información a través de los medios digitales, web, blog y redes sociales hasta ahora nunca conocido, se están convirtiendo en los verdaderos propietarios de las marcas. Ellos son los que deciden que anuncios ver y cuáles no, cuándo se ponen en contacto, que desean conocer de nuestros productos o marcas, y cuándo comprar y de qué forma. Y en el instante que decidan realizar cualquier acción, comentada anteriormente, más vale que estemos preparados para responderles adecuadamente pues, a solo un click, nuestra competencia les estará esperando con los brazos abiertos. Y seguramente en ese instante ya no habrá vuelta atrás.

Tenemos que invertir en función de objetivos alcanzables, estableciendo y conociendo de la mejor manera posible como es y cómo se comporta a nuestro target, y hacerlo en los medios apropiados.

Debemos siempre analizar y medir todas las acciones que vayamos a realizar, para tomar decisiones en favor de la eficacia de nuestras inversiones.

Quienes no tengan grabadas las 3 letras de ROI, el futuro se les presentará más que oscuro. Negro.

En Globaliting, todo lo que hacemos se puede medir, y con ello calcular su rentabilidad. Está en nuestro ADN.

Las agencias que no se apliquen en estas disciplinas continuarán siendo negociantes de la publicidad y seguirán, de momento, ganado dinero con sus exclusivas e intereses, pero no serán verdaderos profesionales en quiénes confiar las estrategias de comunicación de las empresas, que inversamente de seguir sin abrir los ojos, perderán cuotas de mercado en favor de su competencia y por tanto, con un futuro incierto para ambos.